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PALLA TOMASINA, BAILE TÍPICO DE LA PROVINCIA DE YAUYOS |
Del 1
al 5 de agosto, Yauyos (Lima) celebrará los 195 años de su creación
política. La efeméride coincide con la fiesta religiosa de Santo Domingo de
Guzmán, lo que terminará de transformar el panorama de la provincia.
Luis
Pérez / Revista Rumbos
El
niño arrea a sus pequeños carneros en el pueblo de apariencia fantasmal.
Lentamente, sus pasos se acercan a la plaza, donde un
viajero reposa su cansancio en una banquita. Ambos se miran. Sonríen.
Conversan.
El
extraño se muestra sorprendido por la soledad, el silencio y las calles vacías.
El niño, en cambio, sabe que su tierra, Yauyos (Lima), no siempre es así. Esa
quietud desaparece en un dos por tres en los días de fiesta, cuando todo es
algarabía y estallan las bombardas y hay mucha comida,
también bebidas para los adultos.
Esos
momentos son mágicos. Las familias se unen, los paisanos regresan a la tierra
por la fiesta patronal y, también, por el aniversario de la provincia. Un año
más que se celebra inflando el pecho y coreando el himno de Yauyos.
Lo que
no dice el niño, quizás para no entristecer al viajero por su mal cálculo, es
que si él hubiera llegado al pueblo del 1 al 5 de agosto, estaría participando
en los ajetreos festivos y recorriendo las calles jubiloso y llevando leña a la
casa del mayordomo, para que allí se enciendan los fogones donde se prepararán
algunas de las delicias gastronómicas de la región.
En la
víspera del día principal -4 de agosto- sentiría la emoción de la quema de
castillos, de los toritos locos y de las bombardas que iluminan más el cielo
estrellado. A la mañana siguiente, sería despertado por los 21 camaretazos y el
repique de las campanas del templo colonial y, entre bostezos, llegaría a la
casa del mayordomo para tomar un caldito resucitador.
Después,
sesión solemne, desfile, misa en honor al patrón Santo Domingo de Guzmán, quien
va vestido de gala; y, claro, la procesión, el baile de las pastoras azucenas,
y la elección del mayordomo del próximo año.
Más
baile, zapateos y brindis. Nuevos castillos y toritos locos y bombardas que
iluminan el cielo. Al amanecer, cuando el gallo canta, se inicia el despacho. El
mayordomo se despide entre bombos y platillos que resuenan en todas las
calles.
El
despacho se hace sin prisa. Nadie quiere que la celebración termine, porque
cuando se haga el último brindis, la tranquilidad volverá a la provincia de
Yauyos, entonces, otra vez los viajeros solitarios conversarán con algún
pastorcito que regresa a su pueblo.
En Rumbo
Dónde: De Lima a San Vicente de Cañete por
la Panamericana, desvío a Imperial. Seguir por la carretera hasta Magdalena del
Río. Nueve kilómetros hacia la izquierda se encuentra Yauyos, la capital de la
provincia del mismo nombre.
Detalles: www.facebook.com/muniyauyoslima
Gracias a
nuestros amigos de la Revista Rumbos – Diario La República